Cómo evitar que tu sonrisa dé miedo en Halloween

Un tema que sale a la luz con cierta frecuencia en la consulta odontológica, es la ingesta de golosinas y azúcares, especialmente en los niños. Aprovechando las fechas en las que estamos, vamos a hablar de cómo podemos evitar que las gominolas, caramelos y demás dulces nos dañen los dientes.

 sonrisas de miedo

A menudo, los padres sienten la duda de sí deben prohibir de forma tajante las golosinas a sus hijos. Pues bien, lo primero que hay que tener en cuenta es que los niños son niños y que deben poder disfrutar de los dulces, eso sí, de forma controlada y esporádicamente. Hay que hacerles entender que, por lo general, son alimentos que quedan fuertemente adheridos a los dientes debido a su composición y que, después de comerlos, deben cepillarse hasta comprobar que no queda ningún resto. Por supuesto, hemos de entender que no debemos comerlos a diario, ya no sólo por un tema de salud buco-dental, sino también porque estos alimentos no forman parte de la base de la pirámide alimenticia.

Hay que concienciar a los niños de lo perjudicial que es comer todos los días golosinas y más aún si no nos cepillamos los dientes después. Para ello, tenemos que hacerles entender que en la boca hay bacterias que se alimentan de azúcares, los cuales son transformados en ácidos que atacan el esmalte y provocan, por consiguiente, caries. Es cierto que este proceso no sólo se produce con el dulce, sino que se desencadena con hidratos de carbono en general. Lo que sucede es que hay alimentos ricos en hidratos de carbono que son necesarios para una correcta nutrición, tales como el pan, la pasta, etc, mientras que, como ya hemos dicho antes, las golosinas no aportan nada más aparte del mero hecho de disfrutar comiéndolas.

Por lo tanto hay que intentar que el número de exposiciones a las chucherías sea el menor posible, para llevar un mayor control en la higiene dental. Así pues, no es lo mismo permitir que el niño se dé un festín de gominolas un viernes que vayamos al cine, sabiendo que al llegar a casa se va a lavar los dientes, a que esté comiendo dos gominolas a diario, sin ningún control posterior.

Es decir, limitemos la ingesta de azúcares innecesaria a momentos puntuales, para evitar no sólo la aparición de caries, si no también que la estética de nuestra boca sea buena. Si no lo hacemos  podemos hacer que nuestros dientes se muestren feos y amarillos en Halloween, sin necesidad de disfrazarlos.

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